Granada: La tierra del chavico

Granada: La tierra del chavico

Muchos son los dichos que hay en Granada, la tierra del chavico es uno de tantos. Si no estáis familiarizados con este término, “chavico” era la moneda de diez céntimos, llamada “ochavo”. La RAE nos informa que es una antigua moneda española de cobre con peso de un octavo de onza. Esta moneda comenzó a acuñarse en el reinado de Felipe III y a mediados del siglo XIX dejó de acuñarse. Aclarado esto, la interpretación de este dicho popular puede inducir a error a propios y extraños, ya que hay quien piensa que esto se refiere a que el granaíno es tacaño por lo general. Yo me inclino sin duda, a que este dicho se refiere a una clase de granaíno muy concreto: Aquel que en su origen familiar disponía de pocos recursos, desarrollando para medrar una picaresca a lo Lazarillo de Tormes. Ya sea por su trabajo, o por suerte en los negocios, este pícaro llega a acumular una suma más o menos considerable de propiedades y dinero. Lo gracioso de esto es, que se esfuerzan en “disimular” lo ganado. Van de pobres por la vida por varias razones: para que nadie les pida dinero ni favores, para justificar comportamientos poco éticos, para aprovecharse de subvenciones que no les corresponden y puedo continuar hasta el infinito. Pero mejor que yo, lo expresó en su acto de investidura Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada, el ya fallecido Francisco Murillo Ferrol: “Somos también la «tierra del Chavico». Creo que aquí no hay simplemente

una actitud colectiva frente a la moneda, el dinero, sino un talante o temple

frente a los bienes materiales. Lo notable es que no es una característica de

pobres, sino de ricos. Es un conservadurismo o parsimonia que un sociólogo

llamaría tendencia al consumo antiostentatorio.”

Como granaína, me he cruzado con estos ejemplares muchas veces, pero recientemente me ha ocurrido una experiencia nada agradable que os voy a relatar a continuación, en la que vais a entender perfectamente de lo que hablo.

En ocasiones he tenido la necesidad de alquilar habitaciones a estudiantes en mi casa. A principio de este curso, vino un muchacho joven con su madre a ver la habitación. La impresión fue buena. Personas agradables y educadas. Les expliqué muy claramente que sólo y exclusivamente alquilaba la habitación a estudiantes que garantizaban permanencia hasta junio. Y recalqué, cobro un mes de fianza por adelantado, si no permanece hasta junio se pierde la fianza. Les pareció bien, y más teniendo en cuenta que unos amigos del chico habían tenido que abonar dos meses de fianza porque entraron a la vivienda mediante inmobiliaria. Todo bien, hasta que un día, comienzan a darme largas para pagarme el mes. El chico me contó una historia de que le habían robado el monedero con las tarjetas de crédito dentro. A lo que yo le respondo, que me lo puede ingresar su madre en mi cuenta, estábamos ya a día 13 y ya había esperado más que suficiente. A lo que me responde, que su madre le ha dicho que en su pueblo no hay caja rural (comprobé posteriormente que había nada más y nada menos que 3). Y le digo que haga una trasferencia desde su cuenta, a lo que me responde que no, porque le cobran tres euros de comisión. Al ver que no cedía, finalmente, me dio el dinero. Todo un tanto sospechoso. La familia no tenía problemas monetarios. El chico salía de copas todos los días. Se compraba ropa cada semana. Tenía sólo una hermana ya independizada y sus padres eran trabajadores los dos. El padre concretamente, estaba fijo por oposición… Entonces, ¿qué pasaba?

Ese mismo fin de semana el muchacho se fue a su pueblo. Al volver me cuenta que el supuesto ladrón ha ido desde Granada a su pueblo, y que le ha metido la cartera con todo, en el buzón de su casa. Me pregunto si es que no se le pudo ocurrir algo más ingenioso por pereza o porque no daba para más. Justo después de eso, me vino a interpretar otra escena: llama a la puerta de mi habitación y me dice: mis padres me esperan abajo, tienen que contarme algo y no sé qué será. Como toda la situación me escamaba, le dije: A ver si tus padres te han comprado un piso para que estudies los años de carrera, y me dice, ah puede ser, a mi hermana le compraron uno para eso, y ahora lo usan como inversión (en otra ciudad).  Se marcha, y cuando vuelve, me cuenta que a su padre lo trasladan a Granada  y que se tiene que ir con su padre y que su madre deja su trabajo para venir también. ¡JA! Él había olvidado que a principio de curso me había contado que su padre trabajaba aquí, que venía cada día desde su pueblo, pero como él tenía las clases por la tarde, no podía volverse con su padre y que por comodidad, los padres decidieron que alquilase una habitación. No dije nada, pero sí recordé otra cosa, sus mejores amigos habían tenido que abandonar el piso por las fiestas escandalosas que montaban, perdiendo la fianza por cierto… y mudarse a otro en el cual, tenían otra habitación. Yo imaginé que al curso siguiente iría a vivir con ellos, pero al parecer, él tenía otros planes para acelerar el proceso. Después de eso, se sucedieron una serie de embustes para conseguir la fianza que por incumplimiento de lo acordado habían perdido. No me pagó luz ni agua. El padre me llamó y me dijo que descontara esa cantidad de la fianza y que le devolviera el resto (no sé por qué motivo no sospeché antes de que estaba ante un granaíno del chavico, ya que en navidad me sugirieron no pagar porque había estado parte del mes en su pueblo, a lo que yo le dije: alquilo de septiembre a junio, no por semanas ni por días) después de eso,  le dije claramente de nuevo que la fianza no se devolvía. A lo que precedieron una serie de jueguecitos para no darme las llaves y otras artimañas. He de decir, que el señor padre nunca vino a dar la cara, (casualmente su madre y su padre estaban en su pueblo, que cosas, ¿no era que se habían venido a vivir aquí?). Para coronarse, uno de los días el padre me llamó para hacerme todo tipo de chantajes, primero con el chantaje emocional, después con amenazas de abogados, después haciéndose el amigable “dándome facilidades” para devolverle la fianza más adelante… como se dice aquí “esto es pa´mear y no echar gota”. Viendo ya que sus historias no le llevaban a buen puerto, me dijo que muy bien, que lo disfrutara con salud. Estamos hablando de unos 100 euros aproximadamente. Esta familia es un buen ejemplo que ilustra lo que es la tierra del chavico. Pero no os asustéis, esto es sólo una parte de los granaínos.

 

 

2 comentarios en “Granada: La tierra del chavico

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