Poema de 1999. La sed de sangre era lo que usaba como metáfora para expresar la rabia. El diablo al que le cantaba en el poema, era para mí, la forma de expresar en un personaje, todas las incongruencias del mundo, y en especial, el daño sufrido por gente tóxica que hubo a mi alrededor. «Mi corazón ya es piedra» no estaba escrito al azar. El corazón me dolía, y era yo -pues siempre tuve y he tenido ese interés- una estudiosa de las artes ocultas. Me hice mi propio muñeco vudú, con mi cabello, cera de abeja, y mi sangre. En una especie de ritual, de esa muñequita que hice para representarme, extraje un trocito de cera del pecho, y puse en su lugar una piedra pequeñita. No quería sentir, y tenía la esperanza de que funcionase el ritual.
SENTIMIENTO VAMPÍRICO
Aunque un leve suspiro me dio la vida,
la muerte es la que me acompaña,
mi interior estalla en rabia,
y mi mente agoniza en la desesperación.
La pregunta inicial queda latente en mi mente,
¿Por qué no siento la pureza de alba en mi corazón?
¿Por qué la oscuridad me persigue
y me pide que grite mi nombre?
¿¡Quién quiere saber!? Sí, estoy muerta en vida,
y algo quema dentro de mi ser.
Tanto odio y deseo de sangre y…
¿Qué puedo hacer?
Si para sufrir y hacer sufrir he nacido, ¡Que así sea!
Si mis palabras son espadas de doble filo,
tú diablo, fue porque así me has creado.
Si en mi mundo de los sueños me llamabas,
yo acudía como esclava,
¡Y ahora te quejas de que pueda yo dañarte!
Si mi corazón ya es piedra,
nada ya podrá cambiarme.
Así que yo seguiré sufriendo…
…y con mi sed de sangre.