Libretas viajeras

Libretas viajeras

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Ayer me reencontré con una de las tantas libretas que conservo, repletas de dibujos, poemas, versos sueltos e ideas para relatos. La de esta ocasión me acompañó todo un verano, cuando estaba en la Orquesta Babilonia, en los viajes a esos pueblos perdidos en los que se requería verbena. Probablemente sería en la temporada de 2005. Tengo muy gratos recuerdos de estos viajes  y ahora, más vivos gracias a la libretita que paciente ha esperado a que la encuentre en un olvidado cajón.

Uno de los poemas que pinta las páginas blancas de letras azules, es el que aquí os dejo. Un poema cortito, que reflexiona sobre la breve felicidad que aporta el encuentro sexual cuando en los brazos de otro amante, intentamos aliviar el vacío que dejó un amor que ha terminado. El cuadro que acompaña a esta entrada, es de Nati Liñán Cano, (mi madre).

En los brazos de un amante,

se cura el mal de amores,

como la primavera sana con flores,

a la tierra del invierno estéril.

 

Aunque después del encuentro,

se abre sangrante la herida,

como el verano dejará sin vida,

la floresta que en la verdura anida.