Me acuerdo cada día de ti. Nunca podré olvidar ese café que nunca nos tomamos antes de irte… pero también sé que sabías que yo estaba ahí, aunque ni tú ni yo diéramos el paso para vernos a menudo aún viviendo al lado. Compartimos nuestra infancia, y como niños nos peleábamos un montón, pero también nos entendíamos y jugábamos sin importar esas peleillas que no duraban a penas. Recuerdo cuando nos entreteníamos trazando planos de la casa, para poder asustar a Franci. Nos escondiamos en diferentes puntos y habitaciones, debajo de las camas, en el armario de la planta de arriba, en el cuarto que antes era terraza. Estudiando por dónde pasaría, sabíamos a qué hora se arreglaba para salir, y cuales eran sus rutinas. La mayoría de las veces nos tomaba él el pelo a nosotros, pero cuando conseguíamos asustarlo era celebrado durante días. Cuando crecimos sentí que nos unían aún más cosas. Eras un luchador y te reinventabas. Recuerdo aquella conversación en la que me contabas que te costó lo tuyo ser tan sociable, que fue algo que tuviste que esforzarte en mejorar, y desde luego lo superaste con creces. Me encantaba tu amor por la naturaleza, tu espíritu libre y aventurero. Tenías una capacidad especial para escuchar, pero a ti te costaba más expresarte…
Este poema lo he escrito para ti.
A MI TÍO IVÁN –siempre en mi corazón-
Alma de libertad infinita,
te escapaste de esta tierra,
para elevarte en el universo.
La existencia en este plano,
era demasiado densa para ti.
Ahora eres libre,
en el océano infinito de estrellas.
Cuanto amor dejaste en los corazones,
cuantas almas elevaste en tu camino,
esa huella que imprimiste en oro,
nunca desaparecerá ni podrá borrarse.
Alma de libertad infinita,
el Leteo solo es un tránsito,
fuiste, eres y serás eterno,
extiende tus alas y abrázanos con su blancura.
Las moléculas que te tejieron,
alimentan las raíces de un árbol,
(en la cima sagrada de la piedra)
crecerá y dará frutos,
a las generaciones venideras.
Alma de libertad infinita,
sé la luz en nuestras tinieblas,
sé el faro que nos alumbra,
en las iracundas tormentas.
Protégenos con tus alas,
rocíanos con tu esencia,
haz de nuestras lágrimas,
diamantes sobre la tierra.
Precioso y conmovedor. Descanse en paz…
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