Nunca aprenderemos a vivir sin ti

Nunca aprenderemos a vivir sin ti

Esta navidad pasada ha estado cargada de un fuerte sentimiento agridulce. Por un lado, la alegría de los que han venido a este mundo para llenar de luz nuestras vidas y por otro, los que se fueron y se llevaron con ellos un pedazo de alma de los que nos quedamos aquí. Iván, nunca te olvidamos. Este poema, escrito el día de navidad, al oír tu nombre, brotó como el más mortal de los venenos y no he sido capaz de volver a leerlo hasta el día de hoy. Aquí en mi blog lo dejo, con la esperanza de que lo leerás en otro plano de esta existencia.

En las frías tardes de invierno,

arropa tu nombre el cielo inhóspito,

quiere el dolor atreverse a borrarte,

y eso solo pasará el día de mi muerte.

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Quiero ver tu luz y no puedo,

en esta oscuridad que me atrapa,

oír tu nombre es un veneno,

que me recuerda que no volveré a verte.

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¿Estás en los cielos errante?

Háblame desde tu nube,

dime que volveré a verte,

perdóname si no estuve,

si no supe resguardarte,

de las garras de la vida,

del abrazo hiriente,

de la tierra húmeda y fría,

de la soledad de aquel río

de otro continente.

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Nunca aprenderemos a vivir sin ti.